15 de junio de 2005

Fin del viaje

Bajar del tren los bultos no fue tarea fácil. Una vez ya en la entrada principal del camping, me asegure de que todas estén cerca y me dirigí a la sala principal donde se desplegaba un inmenso mostrador todo hecho de madera. El ambiente era muy agradable, no tenia ningún tipo de lujo, pero habían encontrado la forma de adornar el lugar sin problemas. Tuve que esquivar dos grupos de chicos que estaban justo en medio de la sala para acercarme aun mas a las personas de detrás del mostrador. Una vez que tenía las llaves en mano con el número 14 como llavero, todas seguimos a la chica que nos indicaría la cabaña.

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