Ese mundo.

Quiero pertenecer a ese mundo que es todo estéticamente hermoso, por dentro, aún mejor más sano, más hermoso. Quiero éxito e independencia. Quiero rodearme de gente interesante y hermosa. Quiero viajar, irme lejos. Quiero ser de acá, de casa. Quiero sacar fotos, componer música y pintar. Quiero que mis lunes sean mi vida. No quiero más lo que tuve, quiero algo nuevo y diferente. No parecido, no similar. Ser sola, ser yo. Quiero moda, colores, texturas, nueva gente. Quiero cortarme el pelo y vestirme raro. Quiero color. No quiero rutinas, celos y planes que no son lo que esperaba. No quiero más estar sola, quiero estar conmigo siempre. Leer mucho, enamorarme aún más de la vida, de los hombres, de la fantasía, de lo que no existe. Quiero eso que es para mí, eso que es distinto, loco, antinatural, mágico. Eso que me está esperando. Esa vida que siempre soné y no conozco. Levantarme los domingos y no sentir tristeza por lo que no sé, por lo que no viví. Por todo el camino que me falta hasta llegar.

De tanto que quiero, parece que ahí me quedo, en el queriendo.

Hoy quiero ser ella, la de la sonrisa hermosa, la que habla tan segura. La que me contó una anécdota y me entusiasmó. Quiero tener esos ojos y ese pelo. Pero también quiero ser yo.