5 de julio de 2011

Pez.

En el rincón de este Monte Grande me cruzo de piernas con el pelo mojado. Recuerdo cuando llegué por primera vez. Muerta de miedo. Me acuerdo de la cola que hice para inscribirme, de quien tenía adelante y quien al lado. Me enamoré de un hombre que solo vi una sola vez en mi vida y nunca supe nada. No sé cual fue el sonido de su voz, ni que tan fuerte miraba. Cuando partió no lloré, no sentí nada y tanto tenía que agradecerle.

Hay un antes y un después de aquel marzo del 2009 y un antes y un después del pasado viernes. Aún sabiendo que esto no termina y sintiéndome más fuerte que nunca, no puedo evitar llorar... quizá por todas aquellas lágrimas que no le dediqué cuando murió.

Y hoy, escribiendo estas palabras creo no vas a poder imaginarte siquiera lo que significó Río para mí.

Gracias Hugo.

No hay comentarios.: