27 de julio de 2011

Viajeros al tren...

Soy las ojeras que ves, la guitarra que nunca toqué y el quilombo que hay sobre mi cama.
Soy quien no necesita más que música para ser feliz. Bueno, quizá un tostado de queso por la mañana.
Hoy desde casa trabajo mientras me pinto las uñas y me bajo de un proyecto porque no puedo detener este crecimiento espiritual. Esta artista que empieza a tomar lugar dentro de mi, mis brazos, mi pecho ya le pertenecen... el corazón, hace años. Empiezo a disfrutar esta expansión, esta liberación. Después de tantos años de estar comprimida en el molde de los demás. Y ahora no hay más lugar mío que este cuarto, este escritorio. A todo eso que fui, lloré, pregunté, odié, desentendí y padecí le digo: Gracias.
A este hombre dulce que hoy me acompaña le digo GRACIAS. Que grande sos, que cariñoso, que hermoso.

Amor a todo lo que hay, lo que hago, lo que pasó.

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