11 de diciembre de 2010

Hace meses que no estoy sola.

Y entiendo perfectamente porque es así.
Termino viendo películas que ya vi y encima dobladas al español.
ENTIENDO que quedarme sola, me deja frente al espejo mirándome después de tanto tiempo, todas las imperfecciones de mi piel, todo mientras fuera hay noche, diversión, alcohol y mujeres. Que extraño que siempre me sentí incómoda en noches así. Y hoy veo fotos de otros, ojos rojos, abrazos ... hoy veo fotos.

Extraño es darme cuenta que en mi soledad soy yo por primera vez en mi vida y aún así, aún veo que la piel del otro siempre es más joven. Espero. Porque esto debe terminar en algún momento y el nudo en la garganta, las ganas de llorar desaparecen.

No extraño nada de lo que fui y sin embargo quisiera volver a ser para tomar otras decisiones. Que de cosas trilladas escribo... nada nuevo por Garzón.

Y cada vez más espaciado, y cada vez con menos tiempo le dedico a mi garganta el alivio de gritar contra la almohada. Entonces justo cuando ya me siento a punto de llorar recuerdo la sensación de desaparecer que me recorre el cuerpo, cuando subo al escenario. Y sin más me digo, claro, acá hay mucho para mí.

Y me dejo un rato y paro un rato, porque en algún momento tengo que parar.

Y me alejo de la publicidad, que no es nada mas que arbol de tronco hueco.

La rutina te seca los ojos.

1 comentario:

gabardino dijo...

Sigue impresionandome esa crudamente barroca manera de describir sentimientos. Afilar las palabras hasta sacarle la veta escondida tras lo que podría percibirse.
Espero que seas feliz o que lo seas, brillante narradora.