Viaje de regreso. Me tomo el 29 en la esquina del que ya no va a ser mi trabajo. El sol todavía brilla y lo ojos se entrecierran sin preguntar. Sobre la piel el calor dulce y suave. "Hola, $0.90, porfavor". El mismo sonido de siempre, el que tanto voy a extrañar. Siempre me siento de espaldas a la dirección que el colectivo lleva, en los asientos individuales detrás de la máquina saca-boleto. Pienso en todo lo que dejo mientras salgo de La Boca. Dejo tanto... Dos extranjeros suben en Alte. Brown y pronuncian un castellano tan gracioso que sonrio. San Telmo aparece enamorandome otra vez como cada tarde. Diciéndome que algo más me espera, que ya va a llegar. Me pregunto que será. Unos labios rosados y un perfume a hombre suben por un boleto. Que rico parece ser. Vuelvo a la lectura y el aroma a libro nuevo me llena los pulmones de "eso". A medida que nos acercamos al centro, las caras y las ropas cambian. El regular sonido de un motor, las zarandeadas. El Obelisco, Parada.
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